Valeria Duque
El hogar de Vale está repleto de libros interesantes, tesoros de sus viajes y amor por los felinos.
Ella está llena de arte, de sonrisas cálidas y de una capacidad de inspirar a todas las mujeres que tenemos la fortuna de conversar con ella.
Vale Duque abre las puertas de este espacio que desarrollaremos, porque ella será la encargada de seguir retratando a esas mujeres que en Süsse nos complace presentarles.
Mujeres que desde su cotidianidad, desde sus prácticas y desde sus quehaceres inspiran, llenan el alma y elevan el ser mujer.
Ella es una mujer de hábitos, a los que llama pequeños actos de amor propio, actos que ha visto que con constancia suman a su bienestar.
Su conexión con el cuerpo hoy en día se basa en el movimiento constante y así lograr desde una disciplina amorosa vincularse nuevamente con ella misma y con su físico, escuchar su cuerpo y permitirse el ocio, el descanso, el bordado. “Escucharme, eso para mi es el auto-amor. Ponerse uno primero y no entrar en esa rueda de la hiper-productividad, permitirme como mujer mis momentos”.
Todas las mujeres podemos en algún momento sentirnos identificadas con esa herida de no ser suficientes, le preguntamos a Vale cómo ella maneja estos momentos.
“Soy muy perfeccionista, y creo que nadie me da tan duro como me doy yo”.
Nos atrevemos a decir que es la creación de estos actos de auto-amor lo que la han ayudado a bajar un poco la guardia y a suavizarse para afrontar la vida con más dulzura y sobre todo algo que muchas veces olvidamos: RESPIRAR.
Si respiramos salimos de este momento mental de pensar que estamos en peligro, si respiramos le devolvemos a nuestro cuerpo la sensación de estar presentes, si respiramos nos regalamos la posibilidad de entender que no hay que correr, que nadie es perfecto, que todas dudamos y como dice Vale “que este ser que critica, es otra yo que vive dentro de mi cabeza y a ella también hay que tratarla con amor, sin permitirle que tome el control de mi vida”.
Lograr romper ese tren de pensamiento también viene con los años que nos ayudan a darnos cuenta de que la aceptación no está afuera. Darnos cuenta de qué hemos logrado, y esto viene acompañado de otra práctica, que nosotras también amamos y Vale nos compartió, que es la gratitud: por despertar, por ver un pájaro muy lindo, porque la comida estaba rica… Agradecer por una vida milagrosa y positiva que dentro de cualquier tropiezo siempre nos permite llegar a la tranquilidad.
¿Cómo define Vale el amor propio?
“Es una persona que sabe donde está”.
Esta es una frase de un libro que está leyendo “De vidas ajenas” de Emmanuel Carrère y para ella esto es el amor propio, saber dónde estás y ver todo lo que has caminado para llegar a este lugar, VALORAR todos esos procesos y RECONOCÉRTELOS.
Sentirte cómoda con tu propia persona que habita ese cuerpo, ese espacio y ese momento. Dejar de vivir desde lo que no ha pasado para permitirnos ver todo lo que sí ha pasado, eso es amor propio, agradecer lo que somos.